четверг, 22 мая 2008 г.

Sobre el acto homenaje a un insigne.

Por eso cuando hay un silencio enorme y solemne
todo el mundo dice "ha pasado un ángel".

Ángel, no tan caido.
Cabello de Ángel, ¿donde andarás creciendo?.

Ángel rosado, como el vino, de la lujuria tardía;
amarillo, como el whiskie, Ángel... de Chagall.

No ha estado mal el acto, en fin. Ha sonado hasta Mozart.
Pero hubiera estado mucho mejor el Ángel.

Viaje cúbico en tren cama.

A las tres de la tarde desde el anden tercero, partía el tren número tres al Cubo;
provincia de Zamora.

Henry Fried Chips...

...vaticinó el fin del mundo en las patatas fritas de un Burguer.
Falló en el día y en la hora porque la cocacola tamaño XL lo desconcentraba con otras historias. Pero el colorido que sufriría el cielo parece que queda por demostrar.

Cielo (despatafisicación de una rayuela) Capítulo uno.

Cielo: Dícese de lo alto, por ejemplo el cielo de la boca.
Dicho a los amados por los amantes. Mentido a los amantes por los amados.
Cualquier religión desde la más monoteista a la más politeista promete un cielo, un lugar donde reunir a toda la Teología, donde conviven los dioses y los que en un afán de entrega total venden sus almas a estos. Solo se puede ver en ocasiones desde un avión o en lo alto de una montaña.
Cielo, cosa que cubre un mundo. Engloba desde la nube más baja a la galaxia en su antípoda. No conviene perderse mirando al cielo, especialmente las noches de luna.
De ahí viene la palabra Lunático.

a patadas

Deberían alejar las cosas, ponerlas quizá a una altura prudente o simplemente alejarlas de los pies de ese tipo que noche sí, noche después y siguientes me encuentro dando pataditas a todo. Me pregunto desde cuando, desde donde llevará así, con ese bote de aceite para moto de dos tiempos amarrado ahora a la punta ora a los flancos estrechos del zapato; y ayer una lata de cocacola, y el otro una bolsa con algo pesado dentro.
Mirándolo, pensando, calculo por la abstracción de su gesto y un tercer ojo más arriba de la frente que le hace mirar de frente mirando al suelo, que ya allá por la catedral encontró el botecito y le dió la primera patada indiferente. Yo me lo cruzé en el Triunfo y ahora pasamos Constitución.

Alguien que se dedica a hacer algo así en su vida, sea cual sea su motivación o desmotivación personal, su situación, su instinto primario de tomarse a patadas la vida o lo que sea, no tiene nada mejor que hacer que escribir esto o algo peor, mientras patea cualquier cosa; camino a su casa.