воскресенье, 6 апреля 2008 г.

"el tiempo no dura siempre lo mismo"

Lo dijo Bioy Casares.

Jaime Sabines- Espero curarme de ti (Uno es el poeta)

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de
fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible.
Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me
receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana?
No es mucho, mi es poco, es bastante. En una
semana se pueden reunir todas las palabras de amor
que se han pronunciado sobre la tierra y se les
puede prender fuego. Te voy a calentar con esa
hoguera del amor quemado. Y también el silencio.
Porque las mejores palabras del amor están están entre dos
gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y
subversivo del que ama. (Tú saber cómo te digo que
te quiero cuando digo: "qué calor hace", "dame
agua", "¿sabes manejar?,"se hizo de noche"... Entre
las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he
dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te
quiero".)

Una semana más para reunir todo el amor del
tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú
quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No
sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para
entender las cosas. Porque esto es muy parecido a
estar saliendo de un manicomio para entrar a un
panteón.

Tu cuerpo.

IMAGINERIA PARA UN DIOS MODERNO



imagen: Graig Larotonda

Cosas del Dios Nuestro, que ojalá, de cada día.

1 2 3, y canciones para despertar los párpados,
nosotros legión, todas las tropas del Verbo;
región, todas las tierras bajo Su dominio están tambien debajo nuestra.

1 2 3, y el primo de oscar cantaquetecanta los himnos dulces
para que saquemos ya estas dulces manos de este altar tan dulce,
donde de noche tu y yo, ambos, dos pero indivisibles ante Dios,
sacrificamos una que te otra y dale que te pego las palabras líquidas.

1 2 3, y un grito para ti, porque un gramito de odio no viene mal por las mañanas
cuando el deseo de seguir entregado cuando despiertes, enterrado aun en ti, es más fuerte
que el deseo de mis párpados por demostrar todo lo que hay de kilómetros
a recorrer con los pies, todo el peregrinaje que impone nuestro Dios
para acabar peregrinando por nuestros cuerpos con la punta de nuestras lenguas.

1 2 3, que se haga de noche, porque no sólo los tangos sobre Malevos que mienten son de noche;
nuestro Dios es un Dioscuro, ay mi lengua monaguillo que no quiere parar de rezarte,
ay mi tu, mis ganas de tu y tu mi. Ay de esta religión que nace y crece
y no quiere más que reproducirse y reproducirse como Oryctolagus cuniculus.

1 2 3, y canciones para despertar la carne. Las tropas de la legión de la carne,
armadas, hasta los dientes se hincan para llevar pedazos de soledad a la boca
para que el dolor sea más el físico que el que me causa no poder concluir los ritos.
Los de la carne, los del verbo, los dulces, mientras suena un himno suave bajo el edredón.

1 2 3, y catorce, sólo catorce, el catorce de siempre, con el sol jodiéndole la cara,
para recordarle, maldito catorce, que de día no es imposible, pero es menos fácil
mentir.

Buenos días, deseo.