Oye nena, tocaste el bulto.
Sabes que a esto solo le quedaba explotar.
Que estabas deseando tragarte cada palabra gota a gota,
y que iba a saber dulce, y amargo, y picante, y suave
e ibas a querer más.
Tocaste el bulto porque erais dueñas
tú, la primavera, la niña de la falda a cuadros que cruza las piernas,
Cioran, la cábala, mi madre, la paloma aplastada, nena, lo tocaste. Era vuestro;
bulto de todos. Y tu peleabas con ellos, nena, por el bulto. Dabas dolor de cabeza
gritándole todo el día a la primavera, desgañitándote para dejar sorda a la niña
de la falda a cuadros que cruza las piernas, buscándome en Cioran muerta de celos;
pues tu no valías más que la cábala, ni mucho menos valías más que mi madre
y la paloma aplastada no debió ser tu contrincante pero chica, qué fuerza le diste
a la paloma, porque ella me daba bulto sin exigir bulto a cambio.
Como ciorán o mi madre o la niña de los cuadros cruzados en las piernas.
Querías tu parte de bulto. La tomaste.
Deja de soñar que me la puedes poner dura de nuevo.
пятница, 30 мая 2008 г.
Подписаться на:
Комментарии к сообщению (Atom)
2 комментария:
XDDD
Tú... bulto sospechoso... Un saludo de Pecker.
¡¡¡Bultografo!!!
Отправить комментарий