среда, 9 апреля 2008 г.

Tus dominios de dentro.

Yo me veía por dentro como una gran fiesta. Nada faltaba, la sangre
se divertía con el agua. Un gran tambor desempeñaba su ritmo africano.
Y tu viniste en el momento justo. Me has besado en el lugar justo.
Susurradas las palabras justas me has ganado.
Te has ganado la tarta de la fiesta.
Porque el destino(1) hizo esta fiesta tuya.

Todo es bailar como los hiperboreos
dentro, mía, muriendo y remuriendo cada día.
Me dejas lleno de cadáver tuyo el pecho,
ave fénix, me dejas tu cadáver y cenizas
que pronto son abono para flores,
no jacintos azules, no magnolias,
puras flores silvestres salvajes
donde nos arrastramos y mordemos,
suave, que duela justo.

Basta creer en el destino para ser imbécil.
Lo tengo comprobado porque soy muy imbécil en este aspecto,
aquí, aceptando tu ciclo de vida en mis entrañas, tu tigre y tu paloma,
lorca dixit, sobre mi cintura en duelo de mordiscos y azucenas, lorca dixit.

Prorrogo, renuevo, reinicio, me adhiero, lo aplazo, demoro el contrato. Viento
del mediterraneo, acógelo en tus brazos místicos, llévalo lejos, haz de él un mito.
Dentro la fiesta y los tambores no paran, los tuyos, los míos, bailamos alrededor nuestro.
No hay un amanecer para estas fiestas, no hay nuevo día, solo alegría
y noche por delante.

1 комментарий:

Ivan Federico Sergei Malevoski комментирует...

(1) yo te daré destino, mi poesía, tu habrás de confrontarla contra el mundo